Pertenecemos a una realidad interconectada. Dependemos unos de otros y el beneficio de unos redunda en el de otros, en una cadena continua que trasciende al bien común.

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Hacer comunidad entre comunidades nos fortalece, nos enriquece y nos permite valorar y agradecer lo que tenemos y compartirnos en la medida de lo posible.

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Tenemos una relación permanente, y desde hace muchos años, con instituciones que desde realidades distintas, a la de la mayoría de nuestras familias, y adversas desempeñan su tarea profesional en el cuidado y desarrollo infantil y comunitario. Ejemplo de ellas Grupo Altía y Fundación UNIDOS, con quienes hemos trabajado colaborativamente, a través del programa IMPArtiendo Amor.